Creo que es momento de que nos conozcamos un poquito más. Mis amigos me dicen Pau. Vivo en Buenos Aires, Argentina. Y me encanta escribir, claro. 

La economía de mi país es un poco volátil, con mucha inflación, devaluación de la moneda, aumento de tarifas de luz, gas, combustible. Y no quiero extenderme en aumentos del costo de alimentos. ¿Cómo se traduce esto en la vida de una persona? Simple: todo más caro. 

Este mes sumé un gasto nuevo a mi economía del hogar: el del cumpleaños de mi hijo—16 años, ya. ¡Cómo pasa el tiempo! Así que entre regalo especial, gastos inesperados y querer brindarle lo mejor, mi presupuesto mensual se complicó.

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Atlas predica con el ejemplo 

Siempre escribo, entre otras cosas, del sano equilibrio entre la vida laboral y personal. Estaba un poco movilizada por el cumpleaños. Bueno, en realidad, bastante. Como no podía concentrarme mucho en el artículo que estaba escribiendo para ti, recordé que tengo un día libre para tomarlo ante cualquier eventualidad. La famosa flexibilidad laboral. Me reuní con Fati, nuestra People & Culture Manager, para comentarle lo que me pasaba y ver si existía la posibilidad de hacer uso de ese beneficio. Su respuesta fue contundente: “Los beneficios están para usarlos.” Esa respuesta fue todo lo que necesitaba para vivir en carne propia una de las experiencias en las que baso mis escritos: un buen ambiente laboral, la empatía y el balance entre la vida personal y el trabajo. 

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‍“Los beneficios están para usarlos.” Su frase resonó en mi cabeza. Beneficios, beneficios flexibles. ¿Cómo me estaba ahogando en un vaso de agua, si Atlas me da beneficios flexibles y yo no los estoy usando? Justo yo, que me paso el día escribiendo artículos sobre el impacto y las ventajas de ofrecer beneficios flexibles en tu empresa.

Beneficios flexibles Atlas

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Atlas es la primera plataforma de LATAM que gestiona beneficios personalizados para los colaboradores de cualquier empresa, sin importar dónde estén localizados geográficamente. Cuando una empresa contrata los servicios de Atlas para ofrecer beneficios a sus empleados, les asigna, en la app de Atlas, una cantidad de puntos mensuales que se traduce en dinero. El colaborador tiene un listado de beneficios que puede elegir de acuerdo a su ubicación geográfica, estilo de vida y necesidades. 

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Decidí hacer uso de algunos de los puntos que venía acumulando en la plataforma, por primera vez. Usé un cupón de delivery de comida. Mi plan estaba en marcha. Decidí que íbamos a tener una noche de comida mexicana y con muchísimo picante como a él le gusta. Y al momento de usar el cupón de mi beneficio Atlas, entendí todo. Sí, déjame mostrarte algo:

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La foto que está aquí arriba es una captura de pantalla de mi celular. La cuenta original era de $31049 pesos argentinos. Sólo gasté $1349.

Si yo no hubiera tenido los beneficios flexibles Atlas, probablemente no lo hubiera podido agasajar de la forma deseada. Por lo menos, no este mes.

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Escribí muchos artículos sobre las bondades del salario emocional y los beneficios flexibles, pero no los había experimentado. Quiero y deseo fervorosamente que todos sepan el impacto REAL que tiene el salario emocional en la vida de los colaboradores. Probablemente tú no te des cuenta, pero te juro, te juro que la repercusión positiva de los beneficios flexibles en la vida de un trabajador no son para tomarlos a la ligera. Hoy, mientras le contaba mi intención de escribir este artículo a una de las co-founders de Atlas, terminé la conversación diciendo: “Hasta ayer, quería mucho a Atlas y valoraba lo que hacían para mejorar la calidad de vida laboral de los trabajadores. Hoy ya no los quiero, los amo.”

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Mientras releo el artículo, antes de entregarlo, me di cuenta de que no estoy segura de haber podido reflejar fielmente todo lo que sentí ayer. Y que no solamente amo a Atlas y su manera de ayudar a empresas como la tuya a mejorar la vida de sus colaboradores a través de beneficios flexibles, perks, regalos, incentivos y reconocimientos. Aprecio tanto el trabajar acá que quiero formar el primer club de fans de Atlas (y ser su presidente, obviamente.) guiño, guiño. 

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Te propongo algo. ¿Por qué no agendas una demo de 15 minutos con nuestros representantes? Quién te dice, capaz algún colaborador de tu empresa, quiera ser presidente del club de fans de la tuya.

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PD: Por si te lo estabas preguntando, sí le di propina al repartidor, lo que pasa es que desde que una vez uno de ellos me contó que si se las deposito tienen una demora hasta tener el dinero en sus cuentas, prefiero dársela en la mano. :) 

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