Descubre cómo estas dos habilidades complementarias fortalecen a tu equipo en un entorno laboral remoto en constante cambio.

¿Conoces la frase “sobrevive el más fuerte”? ¿Y si te dijera que esa frase no es correcta? Si así fuera, entonces los gigantes dinosaurios no se hubieran extinguido, y sí habrían desaparecido los mosquitos y las abejas que convivían con esos colosos en el período cretácico. Hace poco estuve releyendo la teoría de la evolución de Darwin y me quedó resonando lo siguiente: “En la supervivencia de las especies influye su capacidad de adaptación”. Eso es lo que le faltó a los “grandotes dinos”: adaptabilidad.

Muchas veces hacemos hincapié en fomentar la resiliencia entre equipos remotos, pero casi no se habla de la adaptabilidad. Y si bien a primera vista pueden parecer términos similares, en realidad son complementarios. Pero, ¿por qué necesitamos de ambas cualidades para la supervivencia en nuestro ambiente laboral?

¿Qué es resiliencia?

La resiliencia es la capacidad de superar desafíos, adversidades o cambios y salir fortalecido de ellos. Una persona resiliente puede manejar situaciones difíciles, recuperar el equilibrio emocional y continuar avanzando.

En el ámbito laboral, por ejemplo, un colaborador resiliente mantiene la calma y busca soluciones ante una crisis inesperada.

Enfoque principal: resistencia, recuperación y crecimiento tras un obstáculo.

¿Qué es la adaptabilidad?

La adaptabilidad, por otro lado, es la capacidad de ajustarse rápidamente a nuevas condiciones, entornos o demandas. Una persona adaptable no sólo se ajusta al cambio, sino que también puede modificar su enfoque, habilidades o mentalidad para prosperar en nuevas circunstancias.

Enfoque principal: flexibilidad y ajuste al cambio.

Resiliencia vs. Adaptabilidad: ¿en qué se diferencian?

Aunque la resiliencia y la adaptabilidad suenan parecidas, tienen diferencias importantes que marcan cómo enfrentamos los desafíos y cambios en la vida o el trabajo.

1. Enfoque temporal: ¿Cómo actúan frente al tiempo?

Aquí está la primera gran diferencia entre estas dos habilidades: cómo se relacionan con el momento en que ocurre el cambio o el desafío.

• Resiliencia: recuperarte después de la tormenta. La resiliencia tiene que ver con lo que pasa después de enfrentar una situación difícil. Es esa capacidad de levantarte, sacudirte el polvo y encontrar el equilibrio nuevamente, incluso después de una crisis, un error o un cambio inesperado. Es más bien una respuesta que se activa cuando ya pasó el golpe.
  
  Ejemplo: imagina que tu equipo enfrenta un recorte de presupuesto inesperado. Obviamente, esto genera estrés y preocupación, pero la resiliencia los ayuda a reorganizarse, mantener la calma y encontrar formas creativas de alcanzar sus metas con recursos limitados.

• Adaptabilidad: ajustarte mientras todo sigue moviéndose. Por otro lado, la adaptabilidad es más proactiva e inmediata. Se trata de ajustarte sobre la marcha a cualquier cambio, ya sea repentino o gradual, y de adaptar tu mentalidad o estrategias sin quedarte paralizado. Es como surfear una ola mientras se forma, en lugar de esperar a que termine el tsunami.
  
  Ejemplo: tu empresa decide implementar una nueva herramienta tecnológica que cambia por completo la forma de trabajar. La adaptabilidad te permite aprender a usarla rápidamente y ajustar tu rutina sin perder el ritmo ni entrar en crisis.

2. Resultado esperado: Crecimiento vs. Eficiencia

• Resiliencia: crecer a partir de los desafíos. El propósito de la resiliencia va más allá de simplemente "sobrevivir" a una situación difícil. Se trata de aprender de las experiencias complicadas y salir fortalecido. Las personas resilientes tienden a desarrollar herramientas emocionales, confianza y habilidades que las preparan mejor para futuros retos.

  
  Ejemplo: piensa en una startup enfrentando una desaceleración económica. Aunque las cosas se pongan cuesta arriba, el equipo aprovecha la crisis para mejorar su gestión financiera y reforzar su modelo de negocio. Al recuperarse, salen más fuertes y estratégicos.

  
  

• Adaptabilidad: ser eficiente en cualquier escenario. En cambio, la adaptabilidad se enfoca en responder rápidamente a los cambios y mantener la productividad. Aquí no hay tanto un componente emocional como en la resiliencia, sino un enfoque práctico: ajustarte al nuevo entorno para seguir avanzando con eficacia.

  
  Ejemplo: todos recordamos la pandemia, ¿no? Las compañías pasaron de trabajar de manera presencial a un modelo 100% remoto. Los equipos que fueron adaptables lograron implementar herramientas digitales, redefinir dinámicas de trabajo y mantener la operación fluida sin que el cambio sea un obstáculo.

  
  

3. Reacción al cambio: Resistencia vs. Flexibilidad

• Resiliencia: resistencia para absorber el impacto. La resiliencia es como un amortiguador: te ayuda a manejar el golpe inicial de un cambio o adversidad y a superar las emociones negativas que este puede traer, como el miedo, la ansiedad o la frustración. Es la habilidad de mantener la calma y reponerte, incluso cuando las cosas se ponen complicadas.

  
  Ejemplo: imagina una reestructuración organizacional en tu compañía. Una persona resiliente podría sentir ansiedad o estrés al principio, pero logra mantener la compostura, manejar sus emociones y continuar desempeñándose bien en su rol a medida que todo se estabiliza.

  
  

• Adaptabilidad: flexibilidad para aceptar y prosperar. Por otro lado, la adaptabilidad es la capacidad de aceptar el cambio y ajustarte rápidamente a las nuevas condiciones. En lugar de resistir, las personas adaptables integran los cambios en su rutina y buscan formas de prosperar en el nuevo entorno.

  
  Ejemplo: supongamos que un colaborador es asignado a liderar un proyecto en un mercado internacional completamente nuevo. Su adaptabilidad le permite aprender rápidamente sobre la cultura, expectativas y dinámicas laborales, ajustándose con eficacia y sin resistencia.

¿Cuál de las dos habilidades debo fomentar en mi equipo remoto?

Fomentar tanto la resiliencia como la adaptabilidad no es una elección excluyente, sino una estrategia complementaria para construir equipos realmente fuertes y preparados.

La resiliencia les permitirá a tus colaboradores superar adversidades y aprender de los retos, mientras que la adaptabilidad los ayudará a moverse con agilidad y flexibilidad frente a cambios constantes.

En un entorno laboral remoto, donde la incertidumbre y la transformación son moneda corriente, estas dos cualidades se convierten en los pilares de un equipo que no solo sobrevive, sino que prospera.

Así como en la naturaleza, no sobrevive el más fuerte, sino aquel que mejor se adapta. ¿Estás listo para liderar un equipo capaz de surfear cualquier ola y salir fortalecido tras cada tormenta? Qué medidas estás tomando para desarrollar la resiliencia y adaptabilidad en tu equipo remoto? Cuéntamelo escribiendo a paulina@heyatlas.com. ¡Me encantaría conocer tu experiencia y compartir ideas!